FUENTE: www.escolar.net
En este porcentaje no se incluye el rescate financiero a la banca
española. Solo esa partida son 40.000 millones, otro 4% a engrosar el
agujero del Estado. Es verdad que Europa permite que el rescate
financiero y otras partidas no cuenten en el déficit, pero la realidad
es que 2012 pasa a la historia como el año en que España aumentó más su
deuda desde hace más de un siglo, en parte para financiar el rescate a
la banca. Así, el Tesoro emitió en un solo año 146.000 millones de euros de
deuda, un incremento que supone un 14% del PIB. ¿La herencia recibida?
Sí, pero no solo. La herencia que más pesa es la que nos dejó Rodrigo
Rato en Bankia.
No fue la única
trampa de su discurso lleno de agujeros –no hubo siquiera una mención al
drama de los desahucios–. Rajoy también vendió como un gran éxito que
"el año que viene" los autónomos y pymes no tendrán que pagar el IVA
hasta que lo hayan cobrado. Es la enésima vez que lo promete.
Si al
final se cumple su palabra –está condicionada a que "las circunstancias
lo vayan permitiendo"–, la promesa llegará dos años tarde.
El presidente del Gobierno también anunció nuevas bonificaciones para
contratos de jóvenes. Suenan bien, pero son muy escasas. Se quedan por
debajo de las que ya existían y que el propio Rajoy canceló hace apenas medio año. Y condenan a los jóvenes a la precariedad de eternos contratos temporales.
En cuanto a la corrupción, Rajoy nos dejó claro que está en contra. Es
"insoportable", es "corrosiva", "lesiona la democracia", "desacredita a
España"… Hay que perseguir la corrupción "tan pronto como aparezca",
aunque el presidente no aclara si perseguirá a los corruptos para
ponerles cuando los cace un sueldo de 200.000 euros anuales, como hizo
durante casi tres años con el imputado Luis Bárcenas. El extesorero del
PP fue el gran ausente en el discurso, a pesar de que su tufo rodea al
presidente. Rajoy omitió el tema –calificando de "insidias" las
acusaciones que lo incriminan– y fue como si ignorase que hay un enorme
elefante en la sala que pesa 22 millones de euros y nos dedica peinetas a
los ciudadanos. Sigue ahí, por mucho que Rajoy no quiera siquiera
nombrar la palabra "Bárcenas", ni siquiera para reconocer que se
equivocó al nombrarlo.
Rajoy también anunció que la
ley de transparencia fiscalizará a partidos, sindicatos y organizaciones
empresariales como receptores de dinero público. ¿Y la Casa Real? ¿Y la
Iglesia católica?
Su discurso se cerró con una
última trampa: vender como gran éxito que España no haya sido rescatada.
Se olvida el presidente que ese rescate que su Gobierno ha evitado
sería el segundo: España ya está intervenida y su política económica,
condicionada por el rescate financiero. " Los españoles hemos demostrado
que merecemos que se nos ayude, no que se nos dirija", presume Rajoy.
Es una gran frase. Lástima que sea falsa.
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