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31 may 2007

Defina victoria







Leo en muchos sitios que la victoria del PP en las elecciones municipales puede ser la antesala de su vuelta al poder en España. "La serie histórica indica que quien gana en número de votos en las municipales gana después en las generales", dice el editorial de El Mundo.

Pero, por qué nadie informó a Aznar de una estadística tan irrefutable cuando el anterior presidente hizo balance de las elecciones del 2003, en las que el PSOE derrotó al PP en el recuento de votos, no así en el de concejales:

El presidente del Gobierno, José María Aznar, dijo hoy ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP que los resultados electorales permiten asegurar que "no hay cambio de ciclo ni punto de inflexión" en el respaldo mayoritario de los españoles a su partido y que el "oportunismo callejero" del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha fracasado.

Aznar y El Mundo no son los únicos que no movieron una ceja tras las anteriores elecciones municipales. Casi nadie pensó que la escasa victoria del PSOE había colocado al PP contra las cuerdas. Antes al contrario. ABC decía que el resultado dejaba las manos libres a Aznar para "afrontar el proceso sucesorio", es decir, para elegir a dedo al próximo candidato del PP.

De todas las acepciones que el diccionario de la RAE da para el adjetivo "pírrico", la tercera viene hoy al pelo:

"De poco valor o insuficiente, especialmente en proporción al esfuerzo realizado".

El PP presentó los comicios con los que se eligen a los concejales y los parlamentarios autonómicos como un plebiscito para salvar a España. Aznar elevó la apuesta dejando a los votantes dos opciones, votar al PP o a ETA, en el segundo caso a través de los apaciguadores y cómplices de los terroristas.

El órdago a la grande no ha servido para ganar la partida. Los únicos vuelcos que pueden darse en las autonomías (Navarra, Baleares y Canarias), a expensas de unos pactos que están aún por ver, sólo pueden beneficiar al PSOE, no al PP. En las capitales de provincia, el PP está en condiciones de recuperar dos alcaldías, y el PSOE cerca de diez. Y no olvidemos que el PSOE inició su decadencia electoral a mediados de los noventa perdiendo el poder a chorros en las ciudades de más de 50.000 habitantes. Se dijo con razón que los socialistas resultaban una opción cada vez menos atractiva para las clases medias urbanas. El aviso mira ahora hacia el otro lado.

Allí donde la supuesta victoria de los terroristas sería más evidente, el mensaje catastrofista de Rajoy y Aznar ha sido recibido con un aumento de votos para el PSOE. El PP vasco va a perder la alcaldía de Vitoria y la Diputación de Álava. En Navarra, el presidente Miguel Sanz pide desesperado un acuerdo al mismo partido al que acusó de haber llegado a un pacto con los terroristas a expensas de la comunidad foral. Pactar con UPN y con ETA al mismo tiempo. Eso sí que sería un ejemplo de flexibilidad.

La famosa "serie histórica" vale menos que un pronóstico del tiempo de Montesdeoca. Atrunnnch !!

En las tres últimas elecciones municipales, la diferencia de votos entre el PSOE y el PP ha sido ínfima, de menos de un punto.

1999: PP: 34,44%. PSOE: 34,26%.
2003: PSOE: 34,83%. PP: 34,29%.
2007: PP: 35,65%. PSOE: 34,93%.


En ese periodo de tiempo, el PP ganó las elecciones generales del 2000 con una ventaja de 10,5 puntos, y el PSOE las del 2004, con una ventaja de 5,4 puntos. Parece claro que en ambos casos hubo razones políticas que justificaron esas diferencias que nada tenían que ver con las elecciones municipales.

Donde sí ha resultado efectivo para el PP enarbolar la bandera, el himno y la Virgen del Pilar ha sido en Madrid y la Comunidad Valenciana. Allí se ha producido una impresionante movilización de las bases del partido que ha logrado entusiasmar a sus votantes. La estrategia ha contado con unos aliados no muy inesperados: los dirigentes de la izquierda madrileña, expertos en el arte de dispararse en el pie con gran precisión. El PSOE presentó una pareja de candidatos casi cómica. A sus votantes potenciales no les hizo ni puta gracia.

Si Zapatero quiere regalar la Moncloa a Rajoy, sólo tiene que repetir el experimento Sebastián, y colocar de número dos en la lista por Madrid a otro economista con experiencia en un banco o una catedrática de universidad conocida... por sus herederos digo yo!!

Pero si el fiasco de Madrid le deja claro a Zapatero que terminará pagando muy caro si persiste en dejar la capital de España en manos del PP, es posible que la sonrisa de Rajoy coja un rictus preocupante. ¿A quién confiará enarbolar el cartel socialista en Madrid mientras él esté en Andalucía, Galicia o Cataluña? Debería comenzar a pensar en poner en ese puesto de número dos de la candidatura a Fernández de la Vega y abstenerse de novatos. Así quizá tenga alguna posibilidad de hacer ver a los votantes madrileños que está vez el PSOE va en serio en la capital.

Los que quieran perder dinero sólo tienen que apostar a que las próximas elecciones generales darán la victoria por mayoría absoluta al PSOE o al PP. Se adivina un resultado muy apretado, porque lo que sí han confirmado las votaciones del domingo es que el país está dividido en dos bloques bastante similares, cada uno encasillado en sus posiciones y con pocas opciones para acuerdos entre los dos grandes partidos.

El PP ha echado el resto movilizando a sus bases y el PSOE ha aguantado el tirón en sus baluartes. Para Rajoy, tiene que resultar angustioso saber que la maquinaria electoral de los socialistas andaluces (que mete tanto miedo como la del Partido Republicano en EEUU) funcionará a pleno ritmo dentro de unos meses, no como ahora. Zapatero debería estar algo preocupado al confirmarse que su otro manantial de votos, Cataluña, presenta unos agudos síntomas de estar secándose. Los políticos catalanes están consiguiendo matar de hastío a sus votantes.

Se equivocan quienes calculan que un adelanto electoral en septiembre y octubre es casi inevitable, ya que Zapatero no querrá pasar por la agonía de pactar otros presupuestos. Un Gobierno sólo adelanta unas elecciones cuando está en una situación de extrema dificultad. Cada día en el poder es un día más en el que tienes derecho a añadir unas páginas al BOE...

Negociar los próximos presupuestos será una forma de invertir en los resultados de los comicios que se celebrarán unos meses después. Para Zapatero, será una buena oportunidad de ganarse el apoyo de los mismos partidos a los que necesitará cuando se cierren las urnas.

Después de pasarse más de tres años acusando a los que no piensan como él de romper España, ¿qué podrá ofrecerles Rajoy? ¿Sentido común? Yo creo que ni sentido ni común !!!

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